Hoy, en el Día Mundial del Agua, nos sentimos humildes por el hecho de que más de 663 millones de personas en el planeta todavía viven sin acceso al agua potable; 2.400 millones de personas carecen de acceso a servicios básicos de saneamiento, como baños o letrinas. Con estos desafíos que persisten en todo el mundo a pesar de las décadas de trabajo duro en los sectores del agua y el snatiation, ¿estamos en un punto donde necesitamos dar un paso atrás de las soluciones y prácticas actuales y hacer negocios de manera diferente?
La nueva iniciativa de Suministro de Agua, Saneamiento e Higiene para la Pobreza (WASH PD) sugiere exactamente eso.
Nuevos hallazgos de la iniciativa WASH PD (dirigida por la Práctica Mundial del Agua del Banco Mundial en colaboración con Pobreza, Gobernabilidad y Salud, Nutrición y Población), por primera vez, avanza nuestra comprensión de manera sistemática de la relación entre pobreza y WASH en A nivel nacional. Nuestro análisis profundo de 18 países-a través de seis regiones- nos proporciona nuevas evidencias de realidades que deben ser reconocidas y muestra sin lugar a dudas que debemos trabajar juntos en todos los sectores si queremos encontrar soluciones con impactos sostenidos sobre el terreno.
Datos rápidos de todo el mundo:
En Mozambique, el 90 por ciento de las madres más pobres no tienen acceso a atención prenatal y el 90 por ciento de las madres con bajo peso sólo tienen acceso a servicios de saneamiento no mejorados
En Nigeria, el 61 por ciento de la población rural vive más de 30 minutos – y el 34% vive más de 2 horas – de una fuente de agua en funcionamiento
En Tayikistán, los hogares de la región de Sugd informan que reciben agua corriente 1 día por semana
En Pakistán, a pesar de las mejoras en los alimentos nutritivos, las reducciones en la defecación abierta y la pobreza, el retraso en el crecimiento de la niñez se ha mantenido constante en un 43 por ciento. La construcción de inodoros no mejorados y problemas persistentes de calidad del agua no ayudan a reducir esta carga
En Indonesia, se estima que sólo el 5 por ciento de las aguas residuales urbanas se tratan y eliminan con seguridad
En Túnez, el 20 por ciento de los hogares más ricos reciben un 27 por ciento de los subsidios al agua, mientras que el 20 por ciento de los hogares reciben sólo el 11 por ciento de los subsidios
En Ecuador, el 93 por ciento de las personas en las zonas urbanas y el 76 por ciento en las zonas rurales ha mejorado el acceso a los servicios de agua, pero el 24 por ciento de la población rural bebe agua contaminada
Lo que estamos aprendiendo es revelador: nuestra iniciativa revela lagunas críticas en la política, o entre la política y la implementación, lo que conduce a la prestación de servicios deficiente. Trabajar con colegas de Gobernanza en el Banco Mundial nos está estirando más allá de nuestra lente del sector del agua, y es cada vez más claro que la prestación de servicios es muchas veces obstaculizada por los sistemas fiscales y administrativos intergubernamentales y la interacción con la política. Esto no puede ser una sorpresa para aquellos que trabajan con estos temas en el terreno, pero ahora tenemos los números para demostrarlo.
Si cambiamos nuestro enfoque del diseño y la implementación de un proyecto al «problema de la prestación de servicios», se hace evidente la necesidad de un pensamiento multisectorial. Por ejemplo, en Nigeria, nuestro análisis muestra que casi el 30 por ciento de los puntos de agua y los sistemas de agua fallan en el primer año. Cuarenta y cuatro por ciento de los proyectos de construcción de perforación nunca se inició, y sólo el 37 por ciento de los proyectos de perforación que se inician están completamente terminados. Los resultados son que el 71 por ciento de los hogares nigerianos en el quintil de riqueza más bajo no tienen acceso a una fuente de agua protegida.
Así que estamos aprendiendo cómo las intervenciones necesitan ser coordinadas a través de sectores para conectar mejor los puntos de modo que podamos optimizar el desarrollo humano. Los problemas de una prestación inadecuada de servicios de WASH están demasiado interconectados para pensar en silos y nos obligan a reunirnos como una institución para ayudar a nuestros clientes a abordar cuestiones multisectoriales como el agua y la salud. Por ejemplo, en Bangladesh, cerca del 80 por ciento de las muestras de agua corriente están contaminadas con E. coli.
Los niños que viven en barrios pobres de la ciudad tienen 5 veces menos posibilidades de tener acceso a saneamiento mejorado y también 1,5 veces más probabilidades de sufrir atrofia que otros habitantes de Dhaka. También en Dhaka, alrededor del 88% de los desechos fecales de los sistemas in situ no se tratan o eliminan adecuadamente, con graves consecuencias, especialmente si se dirige a las fuentes de agua potable. Hoy en día, las enfermedades relacionadas con el agua afectan a más de 1.500 millones de personas al año, a un costo enorme.
Las limitaciones son claramente no sólo de carácter técnico – los desafíos son muchas veces administrativas o políticas. Muchas leyes, políticas y estrategias nacionales para la provisión pública de agua no son aprobadas oficialmente por los canales apropiados. Si se adoptan, las políticas formales no generan automáticamente cambios en la forma en que funcionan los sistemas de suministro de agua en la práctica. Desafío